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La generosidad y la empatía son valores esenciales que todos queremos inculcar en los más pequeños. Uno de los pasos clave para lograrlo es enseñarles a compartir. Aunque parece una tarea sencilla, compartir puede ser un desafío para los niños, especialmente cuando son muy pequeños y aún están aprendiendo a comprender el mundo que los rodea. En esta nota exploraremos estrategias prácticas y actividades para enseñar a los niños a compartir, fomentando valores que los acompañarán toda la vida.

Imagina que un niño tiene en sus manos su juguete favorito y, de repente, otro niño se lo pide. ¿Qué hace? Probablemente diga “¡Es mío!” y se niegue a compartirlo. Este escenario es común y completamente normal. Los niños pequeños, especialmente aquellos menores de 4 años, todavía no tienen la capacidad de entender plenamente qué significa compartir. Sin embargo, con paciencia, empatía y un enfoque adecuado, podemos ayudarlos a desarrollar esta habilidad.

Compartir no es solo prestar un objeto; implica una actitud de generosidad y cooperación que contribuye al bienestar de las personas y la sociedad. Enseñar a los niños a compartir no solo los hace más empáticos, sino que también los ayuda a formar relaciones más sólidas y a entender la importancia de trabajar en equipo.

1. Comprender el punto de vista de los niños

Antes de enseñar a un niño a compartir, es esencial comprender su perspectiva. A menudo, los niños pequeños tienen miedo de que, si prestan un juguete, no lo recuperarán. Esta inseguridad es natural, ya que todavía están desarrollando habilidades sociales y emocionales. Por eso, es fundamental no forzarlos, sino guiarlos gradualmente.

2. Hablar sobre la importancia de compartir

Una conversación adaptada a la edad del niño puede marcar la diferencia. Con los más pequeños, basta con explicar que compartir es bonito y que hace felices a los demás. Con niños mayores, se puede profundizar en temas como la empatía y el impacto positivo de compartir en las relaciones.

3. Predicar con el ejemplo

Los niños aprenden observando a los adultos. Si ven que compartimos nuestras cosas o ayudamos a otros de forma desinteresada, estarán más inclinados a imitar ese comportamiento. Un ejemplo simple puede ser compartir tu postre favorito con ellos o con otro miembro de la familia.

4. Fomentar la empatía a través de juegos

Los juegos y actividades son herramientas poderosas para enseñar valores. Aquí algunas ideas:

5. Crear oportunidades para compartir en grupo

Las reuniones con otros niños son el escenario perfecto para practicar el compartir. Al estar en un entorno social, los niños pueden observar cómo otros comparten y se animan a hacer lo mismo. Por ejemplo, organizar una tarde de juegos donde todos lleven un juguete para intercambiar o compartir durante la actividad.

6. Evitar las etiquetas y los castigos

Llamar a un niño “egoísta” o castigarlo porque no quiere compartir no es efectivo. Las etiquetas pueden quedarse grabadas en la mente del niño y reforzar el comportamiento que queremos evitar. En lugar de regañar, es mejor mostrarle los beneficios de compartir, como la alegría de jugar juntos.

7. Involucrarlos en actividades solidarias

Participar en actos solidarios puede ser una forma valiosa de enseñar a compartir. Por ejemplo, donar juguetes que ya no usen o preparar una caja con alimentos para una familia necesitada. Estas actividades ayudan a los niños a comprender que compartir no solo se trata de objetos, sino también de tiempo y cariño.

8. Refuerzos positivos y paciencia

Aprender a compartir es un proceso que lleva tiempo y requiere práctica. Celebrar los pequeños logros del niño cuando comparte algo, con palabras como “¡Qué amable fuiste al prestarle tu juguete!” refuerza el comportamiento positivo.

Actividades recomendadas para enseñar a compartir

Enseñar a compartir no es solo una lección de la infancia, es un regalo que los niños llevarán consigo toda la vida. La generosidad y la empatía son valores esenciales para construir un mundo más humano y solidario. Como adultos, tenemos la responsabilidad de guiar a los niños con paciencia, comprensión y el ejemplo.

Fomentar el hábito de compartir requiere práctica y constancia, pero las recompensas son inmensurables: niños más felices, empáticos y preparados para cooperar en cualquier situación. Así que, ¡manos a la obra! Cada pequeño gesto cuenta y, con tu ayuda, tu hijo aprenderá que compartir es una de las mejores formas de dar y recibir amor.

Fuentes: